la historia de quienes se unen,
de quienes renacen cada vez.
Hoy parece medrar aún más,
celebra tus gestos, tu mirada,
tus ideas siempre volando;
te celebra.
El tiempo como tal desaparece,
pero permanece el instante.
Y nada más importa,
solamente el instante,
el instante en tu presencia.
Percibirte, en tu esplendor,
en la sublimidad desprendida,
de tus actos más naturales,
que provocan a Venus,
desear no haber nacido nunca
de la mano de Botticelli.
Solo queda cubrirte,
y permanecer en ti
para seguir depurando,
la historia sin tiempo.
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