30.8.13

Elogio III


Allí estaba yo, con la vida más gastada, con los ojos más mohínos, la mente aletargada, con ganas de nada… Tal y como no quería estar, justo donde no quería estar… Pero allí estaba yo, sin esperar nada.  Al menos era de noche, se disfruta más o se sufre menos, siempre es mejor que sea de noche.  Sentía que la estaba malgastando, cosa sin importancia, muchas más pendientes, muchas previamente malgastadas.

Súbitamente la situación se dio la vuelta.  Un cruce de miradas tímidas, un saludo ridículo, un aliciente para sonreír, un beso, un comienzo... esta vez un comienzo.  Y cómo ya habíamos hecho antes, nos arrancamos mutuamente de los parámetros de la naturalidad.

De repente encontraba mil excusas para ver de nuevo esos ojos que saben sonreír y hacer sonreír.  Deseo de perdurar, de conocerle y reconocerle.  Pasión.  Se convirtió de pronto en el camino que quería recorrer.


Empecé a quererle, era normal, lo inusual era la fascinación desmesurada que sentía cada vez que la veía, como si la descubriera nuevamente, como si se reinventara para mí y me atrapara aún más cada vez.

Persiste...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta leerte, y mas si es un pequeño resumen de nuestra historia, una historia que cada día construimos, te quiero

Unknown dijo...

Mi amor platónico (Según Platón)así sean muchas las veces que te lea, muchas las veces que hable contigo, nunca se me acaban las palabras para decirte cómo me gusta leerte y cómo no dejo de sorprenderme.
Te quiero, como se quiere a ese gran amigo que te quiere de vuelta y te cuida como a una hermana. Gracias por permitirme descubrir en cada vez una nueva forma de expresión a la vida.

Anónimo dijo...

cada vez me sorprendo mas de vos parcero, y digo que tener un amigo como tu valen mucho la pena se le quiere..